Pablo Huergo es navarretano y artesano de la forja desde hace ya más de medio siglo. Podría haberse dedicado al campo como cualquier otro mozo de su época, pero quiso el destino que su padre le inscribiera en la Escuela de Aviación de Aprendices en Logroño a la edad de 14 años, siendo el más joven de toda la escuela. Para él supuso una gran experiencia personal ya que los profesores le formaron sobre todo como persona, aunque a nivel profesional podemos afirmar que ha sido una persona autodidacta, aprendiendo a base de muchas horas de trabajo y sacrificio.

Comenzó trabajando en Logroño para después regresar a su pueblo, Navarrete, primeramente trabajando en un corral, más tarde en la calle de La Cruz y finalmente se ubicó donde actualmente lo podemos encontrar, en el pabellón de la Carretera a Logroño, un local que prácticamente construyó él mismo.

Para él más que un trabajo la forja es su vida y eso se nota en la ilusión que pone en todos sus trabajos así que ni se le ha pasado por la cabeza jubilarse. Cualquier hora es buena para trabajar y si, estando acostado, se le ocurre alguna idea o diseño nuevo, no duda en levantarse y ponerse manos a la obra. Una de sus claves es la constancia, el mejorar cada día y para ello no duda en tirar las piezas que sean necesarias hasta lograr lo que realmente desea.

El tiempo ha marcado un cambio a la hora de trabajar. Antes se dedicaban muchas horas y se lograban auténticas joyas pero ahora la vida va más aprisa. Antes de pasar a la obra es necesario realizar bocetos de las piezas que uno desea hacer, así que su bloc se ha convertido en un pequeño tesoro, como tesoros son algunas de sus obras convertidas en arte. La Concatedral de Santa María de La Redonda, el Monasterio de Suso y el de Valvanera y San Millán son algunos de los emplazamientos que albergan obras suyas dentro de nuestra Comunidad Autónoma, aunque no hace falta desplazarse muy lejos para observar algunas de ellas. Basta con mirar la veleta de nuestro Ayuntamiento o la Iglesia de Nuestra Señora del Sagrario para admirar su obra.

De lámparas a mesas, pasando por botelleros, atriles, sillas y otro tipo de muebles podemos ver y comprar si nos acercamos a su taller. Además allí ha ido creando, con ayuda y apoyo de sus familiares, de una exposición de Aperos de Labranza y Forja de Ayer y Hoy denominada La Fragua de Huergo. Una exposición permanente que se puede visitar todos los fines de semana y a la que acuden incluso colegios y grupos organizados.

El poco tiempo libre que le queda lo dedica a su familia y a disfrutar de su pueblo, Navarrete, por el que siente un sincero y profundo afecto.

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